Enseñar a los niños la importancia de la salud dental es la mejor protección contra las caries
La salud de los dientes de los niños debe cuidarse desde el momento del nacimiento.
Según informa la estadounidense Academia de Odontología General, los hábitos para el cuidado de la dentadura deben empezar a desarrollarse cuando el bebé tiene cuatro meses, es decir, cuando deja la lactancia y empieza a tomar papillas y otras comidas.
A partir de esta edad es cuando al niño le nace el primer diente y, durante esta etapa, el tipo de comida que consuma puede afectar a su salud dental durante toda su vida. De hecho, se ha determinado que existe una correlación entre el consumo de bebidas azucaradas durante la infancia y el consumo posterior de alimentos con gran contenido en azúcar.
*Intentar limitar el consumo de azúcar en esta época es clave*
¿Cómo enseñarles a cepillarse correctamente los dientes?
Los niños deben limpiarse los dientes, por lo menos, dos veces al día. Conviene tomar como rutina el hábito de cepillarlos justo antes de ir a dormir y después del desayuno. Los padres deben enseñar a sus hijos a cepillarse los dientes como si fuera un juego, sobre todo a partir de los dos años, que es cuando la mayoría de los dientes del niño han salido. Bajo supervisión de un adulto, pueden empezar a usar una pequeña cantidad de pasta dental con flúor.
Al principio, conviene explicar a los niños la necesidad de llevar a cabo este hábito diariamente y predicar con el ejemplo. Conviene iniciar esta rutina como si fuera un juego, enseñándoles la técnica manualmente para que comprendan que es importante limpiar bien los dientes por todas sus caras, las bacterias son muy listas y pueden formar caries en los dientes si no las eliminamos todas.
Evita que tu hijo sienta que la higiene dental es una forma de castigo y procura que forme parte de una expresión más de amor que se funda con el ritual nocturno.
Marcarle un mínimo de minutos que debe cumplir a la hora de cepillarse también es una buena técnica, ya que así se acostumbrará a hacerlo con paciencia y en profundidad el resto de su vida.
Repetimos una vez más que la paciencia es clave al principio, ya que a los niños no les resultará “atractivo” ni divertido lavarse los dientes. Intentar convertir este momento en algo divertido también es una buena idea. ¿Qué tal, por ejemplo, si lo hace mientras suena su canción favorita? ¿Y si las primeras veces le incentivamos con alguna recompensa? Toda imaginación a la hora de hacer que adquieran un correcto hábito de higiene bucodental siempre será buena.
Ahora bien, existe un componente genético importante, no suele depender de nosotros el tener que llevar a nuestros hijos al dentista para poner, por ejemplo, una ortodoncia. La calidad o la correcta formación de los dientes no es algo que dependa de nosotros.
Llegado el caso de tener que acudir al dentista, os recomendamos el departamento especializado en odontopediatría de Clínica Rodríguez Recio. Nosotros resolveremos los problemas que pueda presentar la dentición del niño y favoreceremos el correcto desarrollo de la dentición definitiva, aplicando los tratamientos necesarios, además de conseguir que su visita se convierta en una experiencia agradable, divertida y altamente positiva.
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