Bruxismo, este hábito involuntario puede ser la causa de tus dolores de cabeza.
El bruxismo es un proceso involuntario e inconsciente que implica movimiento de la mandíbula y apretamiento de los dientes de manera intensa y repetitiva. Ello ocasiona desgastes (atrición) en los dientes y puede producir alteraciones en las articulaciones de la mandíbula, así como sobrecarga de todos los músculos y ligamentos implicados en la dinámica de la misma. La contractura de los músculos temporales y de los músculos pterigoideos externos puede ocasionar, a veces, dolor de cabeza en mayor o menor grado.
Muchos dolores de cabeza, pero no todos, se deben al hábito de apretamiento involuntario de los dientes (bruxismo). Es muy importante diagnosticarlo correctamente, ya que, en ocasiones, con un tratamiento sencillo (no farmacológico, externo, superficial, no invasivo), se solucionan muchos casos que resultan desesperantes para los pacientes.
El bruxismo es una «parafunción», es decir, un proceso involuntario e inconsciente (como lo es el sonambulismo, o los «tics»); por tanto, no tiene tratamiento de la causa, sólo de sus consecuencias. Además de dolores de cabeza, el bruxismo está relacionado en mayor o menor grado con múltiples patologías: desgastes de los dientes, ruidos en las articulaciones de la mandíbula (localizadas justo delante de los oídos), dolor de cervicales, limitaciones en la apertura de la boca, luxaciones de mandíbula, etc.
El cirujano maxilofacial es el máximo especialista en el diagnóstico y tratamiento de los problemas derivados de la ATM (Articulación Témporo-Mandibular). Si usted sufre de una patología (leve, moderada o severa) de su articulación mandibular, los doctores Rodríguez-Recio podrán diagnosticar y tratar su problema. Si mejoran o se solucionan sus problemas de dolor de cabeza, significa que se debían al bruxismo. Si no mejoran, el neurólogo sería el especialista encargado del manejo de sus cefaleas.
En resumen, respondiendo a la pregunta inicial que formulábamos en este articulo: el bruxismo y las cefaleas, en muchas ocasiones sí «van de la mano».
